sábado, 13 de octubre de 2007

Por qué me gusta el basquet

Creo que ya sé por qué me encanta jugar basquetbol. Hoy fui al gimnasio y entrené con el equipo de Darwin. Son muy lindas todas, y el coach es un chavo que parece tener 15 años (aunque por supuesto debe tener por lo menos 22). Está tan bonito, que me dan ganas de ponerlo en una cajita y guardarlo en un escaparate. Tierno. En el camino de ida, y en el de vuelta, iba yo cante y cante. Tal vez porque el gusto me escalaba por dentro como hiedra inesperada, tal vez porque estoy con la misión que me dio Sara de pensar en una canción positiva y bonita. Llegué, y jugué, brinqué, corrí, reboté (el balón, no yo), me cansé mucho y me divertí cantidades. Que viva la burbuja que es Cambridge.

Y por fin lo entendí. Lo que sucede es que yo soy una persona nerviosa. Hay poca gente en el mundo en compañía de la cual puedo ser totalmente yo misma, tranquila y relajada. Tal vez las puedo contar con una mano. (Nota: a lo mejor ese es una razón más por la cual amo a los animales.) El caso es que en general cuando estoy con un grupo de gente, me siento un poco estresada, un poco tensa, un poco insegura. Siempre estoy pensando que lo estoy haciendo mal, independientemente de lo que “eso que estoy haciendo” sea. En el trabajo, en una reunión conociendo gente nueva, incluso con gente que ya conozco. Siempre un poquito incómoda en mí misma en la presencia de otros. ¡Cuando juego básquet es todavía peor! De pronto tengo que hacer las cosas bien, en medio de un montón de gente. Me avientan el balón, y lo tengo que cachar, tengo que rebotarlo, pasarlo bien, o tirar a la canasta y no fallar. Estoy en un equipo y nos comunicamos y eso es sociable. Pero además está la presión de hacer las cosas bien. El resultado: estrés y adrenalina. Pero aquí viene lo bueno: en el basquetbol, se vale y está totalmente dentro del contexto, brincar, agacharse, aventar el balón con fuerza, salir corriendo tan rápido como puedo. Qué maravilla, es muy terapéutico. Ahora sólo espero el día en el que a medio presentar algo en el trabajo, se valga agarrar la laptop y tirársela al jefe, y luego salir corriendo haciendo un sprint, llegar al final del pasillo y brincar. Así sí disfrutaría el trabajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ve esto. Dime si te estan describiendo, que a mi sí, con precisión preocupante.

O despreocupante, realmente, ya pensándolo mejor.

Nittai dijo...

Interesante. Se lo tendré que mandar a algunas gentes.... creo que a mí sólo me queda parcialmente, creo que soy como que contradictoria. Cierto que necesito "recargar" y que puedo hacer esas cosas pero por un tiempo limitado. Pero luego si estoy sola mucho tiempo me apachurro. En eso creo que somos diferentes. Pero claro, creo que me ayuda a entenderte! Ya no te invitaré vinos para que bailes... jeje, o bueno, solo a veces.