miércoles, 31 de octubre de 2007

iuju! Creo que ya enflaqué un milímetro!

Round

Like a universe expanding,
with a dwarf star at its center,
day by day,
my stomach grows.

I wish there would be entropy,
chaos, some disorder,
but the inevitable glut
stably marches on.

Round.
Like soft drops of olive oil,
like a dusty cocoa truffle,
like a snore.

The sun's weight sits on a spoon,
and still I chomp a bowl
of sunflakes, more and more
such gravity.

martes, 30 de octubre de 2007

Don't give up

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domingo, 28 de octubre de 2007

La oscuridá

Hoy entramos al horario de otoño y las tardes se oscurecen. Son las 5:15 y ya es de noche. De aquí al solsticio de invierno, que es el 22 de diciembre, los días se harán más y más cortos.

Yo estoy en la casa con mis calcetines suaves, trabajando en el proyecto extra que tomé este mes. Es un proyecto con una faceta social y por lo tanto es bonito. Se trata de investigar el asunto de cómo mejorar las oportunidades de entrenamiento profesional para profesores de matemáticas en esuelas para niños con "special needs", leáse discapacidad de algún tipo. Social, de comportamiento, física, emocional, mental. Aunque ese estudio tal vez no tendrá demasiado impacto en el mundo real, es de cualquier forma una buena iniciativa. Me da gusto ayudar, y al mismo tiempo una gran tristeza cuando pienso en lo poco que tenemos en estos temas en México (y demás países del tercer mundo).

Es de noche, aunque sean las cinco. Mis roasted vegetables se me pasaron en el horno, pero no se quemaron demasiado; siguen estando ricos. Son: parsnip, zanahoria, cebolla roja, celeriac y dientes de ajo, con vinagre balsámico y tomillo (más sal, pimienta y aceite de oliva). Perdón, no sé como se traducen parsnip y celeriac, pero son raíces y el parsnip es dulzón, como primo del camote. Chomi.

Me gustaría escribir un poco acerca del solsticio de invierno, pero he de regresar a mi trabajo. Los dejo entonces con una foto de la BBC de la ceremonia de "nombramiento", en Etiopía.

jueves, 25 de octubre de 2007

Bésame muuuuu

No nos emocionemos, no es que haya yo besado a algún galán de cuento de hadas. Ni siquiera a un sapo. No, más bien fue que el nuevo maestro de "jazz" me sacó un librito de latin jazz, y ¡sópatelas! que la única que conocía yo era la de bésame mucho. Con la esperanza de que mi versión saliera menos como la de los Beatles, y más como la de Cesaria Évora, ahí te fui. O debería yo decir "ahí nos fui", dado que mi interlocutor era nosotros al empezar esta entrada.

Y es que leí mi poema (Their dreams, publicado abajo en borrador) en el taller, y resulta que es un poema antisocial, con imágenes lindas. Yo no sabía que los poemas podían ser antisociales... pero es que ¿de quiénes eran los sueños?, ¿quién era el tú del poema?, ¿la barracuda esa qué onda? Puf, quieren que todo tenga sentido. Pero en efecto, se tiene que depurar. Y es que eso de bailar ligeramente de un pie al otro con el idioma inglés, pues no se me da. Nos pusieron un ejercicio en el que teníamos que nombrar a un personaje famoso y describirlo en términos de objetos (si George Bush fuera un mueble, ¿qué mueble sería? si fuera un carro, ¿qué carro sería?), y yo tuve un colapso total. Para empezar esos ejercicios me chocan, aquí y en china. Y para seguir, con qué vocabulario, querido tuerto, ¿si no fluye de la lengua? El resultado: me puse de malas, y en los diez minutos que nos dieron, solo escribí una media frase que acto seguido tachoneé. Mi cerebro se puso en huelga... chale. Creo que debo ponerme las pilas y empezar a leer buenos poemas en inglés antes de ir a clase. Así la mente no llega en frío. Comprarme un libro, tal vez.

En fin. Mejor haré las tankas. Son como haikus, pero con sílabas 5-7-5-7-7, por ejemplo

Moon madness makes me
Dance in delight under stars.
I lift up my hands
And feel my arms grow longer
As they wrap around the moon.

-- Margaret Cheasebro

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Ahora les pongo unos haikus que hice en clase (esa vez no se me atascó el cerebro).

Thin ice cracks open
A black river sleeps beneath -
The rabbit hurdles


Sandy lullaby
a million cricket songs
fill the scorching night





sábado, 20 de octubre de 2007

Hola con voz

Hola hola hola
como estás
yo muy bien
tu que tal

(ya sirve el micrófono)





miércoles, 17 de octubre de 2007

A dieta

Oficialmente me pongo a dieta. Ya me cansé de que mi panza se expanda y se expanda como el universo. Hoy empecé. En la cafetería me comí una ensalada de atún a la hora de lunch. Y de cena, yoghurt.
Creo que hasta voy a poner aquí en números mi enorme redondez, para ir actualizando el progreso. De aquí a Navidad, he de bajar cuatro kilos. Tons qué, Alina, va que va? Sara?

lunes, 15 de octubre de 2007

la vida es mejor cantaaaando

Fui a audicionar para un coro muy fufurufo. Aprendí que normalmente aceptan a los diez mejores cantantes de la universidad (de cada voz). No pasé la audición. Pero saqué dos cosas buenas:

1) dado que fallé por lo de leer música, no me siento muy mal. No lo he hecho en 5 años. No lo practiqué. Hoy practiqué cantar mi canción, y punto. Al director le gustó mi voz y cómo canto, y dijo que si ese fuera el único criterio, estaría dentro. Entonces, él no lo entendería, pero me da gusto... muy lejos de los días en los que me congelaba y cantaba con voz de pato congelado.

2) ya decidí que he de volver a cantar. He de tomar clases. Sí sí sí. Ojalá pueda encontrar un maestro que me enseñe a cantar jazz. Dado que estoy harta de la vida, he de cantar.

Pese a esas dos cosas positivas, claro, me dio decepción.

A otra cosa mariposa.

domingo, 14 de octubre de 2007

Borrador

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Their dreams



As I drift down the depths

Light shines on the surface above

Weeds float in the cold salt water

A current runs past my feet


My fingers are pale in the netherlight

I arch my back, I can’t remember

But you would agree,

Something lives here

Flickers

If you wait long enough

You’ll see


Long gone are the bright days, the fields

Long gone the roses, the dinners,

red wine and piano scales

Here in the silence, all you can hear is a whisper of mermaids

Their dreams.


At last I found someplace deeper

darker than my sorrow

Adrift, I am a green leaf in the cold water

In the salt water

No tears

They washed away.


Weeds

I run the darkness through my fingers

Through the cold


Far above,

A field of blossoming suns

Grows outwards from the surface

The moon sends its cows to graze

Until darkness comes


I rest in the dark

Floating in time

Like the barracuda did

Unbothered, eyes fixed

On the next moment of a fish

to snap it away.

Otro poema que me gustó

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The Seven Sorrows


The first sorrow of autumn
Is the slow goodbye
Of the garden who stands so long in the evening-
A brown poppy head,
The stalk of a lily,
And still cannot go.

The second sorrow
Is the empty feet
Of a pheasant who hangs from a hook with his brothers.
The woodland of gold
Is folded in feathers
With its head in a bag.

And the third sorrow
Is the slow goodbye
Of the sun who has gathered the birds and who gathers
The minutes of evening,
The golden and holy
Ground of the picture.

The fourth sorrow
Is the pond gone black
Ruined and sunken the city of water-
The beetle's palace,
The catacombs
Of the dragonfly.

And the fifth sorrow
Is the slow goodbye
Of the woodland that quietly breaks up its camp.
One day it's gone.
It has only left litter-
Firewood, tentpoles.

And the sixth sorrow
Is the fox's sorrow
The joy of the huntsman, the joy of the hounds,
The hooves that pound
Till earth closes her ear
To the fox's prayer.

And the seventh sorrow
Is the slow goodbye
Of the face with its wrinkles that looks through the window
As the year packs up
Like a tatty fairground
That came for the children.

-- Ted Hughes
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sábado, 13 de octubre de 2007

Por qué me gusta el basquet

Creo que ya sé por qué me encanta jugar basquetbol. Hoy fui al gimnasio y entrené con el equipo de Darwin. Son muy lindas todas, y el coach es un chavo que parece tener 15 años (aunque por supuesto debe tener por lo menos 22). Está tan bonito, que me dan ganas de ponerlo en una cajita y guardarlo en un escaparate. Tierno. En el camino de ida, y en el de vuelta, iba yo cante y cante. Tal vez porque el gusto me escalaba por dentro como hiedra inesperada, tal vez porque estoy con la misión que me dio Sara de pensar en una canción positiva y bonita. Llegué, y jugué, brinqué, corrí, reboté (el balón, no yo), me cansé mucho y me divertí cantidades. Que viva la burbuja que es Cambridge.

Y por fin lo entendí. Lo que sucede es que yo soy una persona nerviosa. Hay poca gente en el mundo en compañía de la cual puedo ser totalmente yo misma, tranquila y relajada. Tal vez las puedo contar con una mano. (Nota: a lo mejor ese es una razón más por la cual amo a los animales.) El caso es que en general cuando estoy con un grupo de gente, me siento un poco estresada, un poco tensa, un poco insegura. Siempre estoy pensando que lo estoy haciendo mal, independientemente de lo que “eso que estoy haciendo” sea. En el trabajo, en una reunión conociendo gente nueva, incluso con gente que ya conozco. Siempre un poquito incómoda en mí misma en la presencia de otros. ¡Cuando juego básquet es todavía peor! De pronto tengo que hacer las cosas bien, en medio de un montón de gente. Me avientan el balón, y lo tengo que cachar, tengo que rebotarlo, pasarlo bien, o tirar a la canasta y no fallar. Estoy en un equipo y nos comunicamos y eso es sociable. Pero además está la presión de hacer las cosas bien. El resultado: estrés y adrenalina. Pero aquí viene lo bueno: en el basquetbol, se vale y está totalmente dentro del contexto, brincar, agacharse, aventar el balón con fuerza, salir corriendo tan rápido como puedo. Qué maravilla, es muy terapéutico. Ahora sólo espero el día en el que a medio presentar algo en el trabajo, se valga agarrar la laptop y tirársela al jefe, y luego salir corriendo haciendo un sprint, llegar al final del pasillo y brincar. Así sí disfrutaría el trabajo.

lunes, 8 de octubre de 2007

Rasputín

Hoy conocí a mi rasputín. Lo primero que me dijo fue: "Cuéntame un poco de lo que está pasando ahorita". Yo no lo sabía, pero esa era la frase mágica. Se abrieron las compuertas, y salieron cubetadas de lágrimas. Lloré y lloré. Yo no sé por qué.

Rasputín tiene unos 68 años, es delgada y de pelo corto y rojo. Tiene unos ojitos azules muy amables. Más tarde le pregunté si debería yo pensar más en estas cosas, para que cuando alguien me pregunte algo tan inocuo no resulte que tengo mucho por llorar, y ella me dijo que no hay tantos "deberías", y que si no he pensado tanto es tal vez porque no me he sentido lista para hacerlo.

Le conté que me siento afortunada, que tengo mucha gente maravillosa cerca, y que increíblemente tengo todo lo que planeé tener al venirme a Inglaterra. En realidad, es increíble. Tengo mi trabajo de medio tiempo que paga suficientemente bien para vivir, una casita linda con jardín, mi lugar en el diplomado de escritura creativa. Y cada una de esas cosas sobrepasa las especificaciones que le asigné.


Sabían que el lugar en el que trabajo es super bonito? Y trabajo sólo 7.5 horas al día. Además, el proyecto me gusta, y con César de gurú, sé que haré un buen trabajo. En ese, y en el otro trabajo, me ofrecieron darme más días la semana pasada.



La casita en la que vivo está mucho más bonita y bien ubicada de lo que esperaba. Tuve suerte, el hecho de que los dueños quieran usar el piso de arriba de almacén significa que tengo una casa por el precio de un departamento.



El diplomado de escritura creativa empieza mañana. Tengo ganas de trabajar en una novela, lo cual me da mucha emoción.



Voy a empezar a jugar básquetbol con Darwin el sábado. Y ya empecé a correr. Poquito, porque es bonito.



Entonces le dije a Rasputín que siento que debería ser feliz. De nuevo, me dijo que ella lo ve desde otro ángulo. Ella quiere saber por qué no lo soy. Y claro, hay que esperar, porque muchas de estas actividades apenas van empezando. Seguramente a la larga me harán feliz, o no?

Lo que no quiero es llegar a los 75 como en el poema de Walter Savage Landor:

On His Seventy-fifth Birthday
by Walter Savage Landor

I strove with none; for none was worth my strife,
Nature I loved, and next to Nature, Art;

I warmed both hands before the fire of life,

It sinks, and I am ready to depart.


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viernes, 5 de octubre de 2007

Cuentito


Out of time

I don’t have time. I am already late for the train. I have my coat folded over one forearm and my suitcase on my other hand. The keys disband; even locking my car becomes a problem. I run to the rail ticket machine, heels clacking on the pavement. There is a crowd at the entrance, tightened with suitcases and bags and even bicycles. I have to wait my turn to get in. I’m not the kind of person who pushes others.

As I take a few seconds to catch my breath, I slip out of the auto pilot that gets me to work every morning. There's a grey dog sitting on the damp sidewalk on the outside of the station.

It’s a medium sized dog, thin but not skinny; its hair looks healthy in its drizzled coat. If the rain did wash away its scent trail, and it can’t get back home, this doesn’t seem to bother it. As I watch it scratches itself, free from the behavioural claustrophobia I live in. It’s looking intently at a puddle. The slanted early autumn sunrays create a better-than-emerald gem out of a half submerged redwood leaf. The trousers and bags of the people walking on the street towards the station reflect on the puddle, creating a dynamic flurry of colour. The dog stamps its paw on it, making it splash and splinter. Then it resumes watching the movement conveyed by this rain mirror.

The fat man in front finally makes it through the funnel and waddles as a freed Willy on the other side. I get to the machine. If I miss this train, I will be very late to work. It would be hugely embarrassing and I could be fired. I have exactly one minute and thirty two seconds to buy my ticket and get to platform number 11.

martes, 2 de octubre de 2007

Pregunta

Y a propósito, a que no adivinan a quién me encontré en el tren a Londres el día que fui a llevar a Ariel al aeropuerto?