lunes, 10 de septiembre de 2007

Una reflexión absurda y desproporcionada sobre la fortuna.

Toda esta gente linda que me trata bien, que me valora y me hace sentir apreciada; los privilegios de los que gozo, me ponen a pensar. ¿Por qué me siento tan incierta? Por qué tan frágil. Yo creo que no estoy hecha para ser frágil, creo que es un desperdicio, ya que si me sintiera fuerte podría contribuir más granos de arena a las causas que me importan, a los matices de la humanidad que me apasionan. ¿Por qué no estoy contribuyendo a mejorar el mundo? ¿Por qué no estoy aprendiendo a expresarme artísticamente? Leí de las células totipotentes y pensé que todos somos como ellas. Podemos caminar en un millón de direcciones, escoger una y crecer, desarrollarnos, vivir (aunque sé que muchos no tienen el lujo). En general no sabemos que somos así de libres. A veces no nos alcanza el tiempo para pensarlo, o no nos acordamos. Por supuesto que también sucede que ya somos lo que queremos ser, o hacemos lo que queremos hacer. Pero cuando ese no es el caso, y cuando la fragilidad es lo que nos limita, entonces qué.

Me lleva a ser genuinamente más humilde. Ya no puedo juzgar igual de rápido a los demás, quienes van cubiertos de un delgado cascarón que protege su vulnerabilidad y confusión, o tal vez con una armadura, concha de tortuga, capas de cebolla, colores de camaleón, desnudez ingenua, grosero egoísmo o cualquier envoltijo que la vida los ha llevado a construir. No se trata de ser afortunados o no, no importa cuántos privilegios tengamos o nos falten. Ya seamos acolchonados clasemedieros en occidente o desnutridos, esclavizados sobrevivientes en África, todos estamos habitados por esas dualidades que son lo único absoluto, que nos forman. Somos irrelevantes y podemos cambiar la existencia. Somos absurdos y bellos, feos, sin sentido, hermosos, potenciales, desafortunados. Somos una partícula que da forma al universo, en armonía o disonancia, no importa. Finalmente somos todo y somos nada, y tiene tanto caso creer en lo que hacemos como no hacerlo. Pero tenemos a nuestro alcance una diversidad resonante que es la increíblemente bella sinfonía de la existencia, y estamos tanto en la orquesta como en el público, tocando nuestra partitura y oyendo como se mezcla con las demás.

Y mi pregunta era: ¿Por qué tan frágil? Y la respuesta entonces es: por eso. Porque al igual que esta reflexión, que es ridícula e inevitablemente vacía en su afán de explicarse, yo soy todo y soy nada, y eso hace que sea inalcanzable cualquier solución. O sea, algo así como mu.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye... eso de no juzgar rápido a la gente... no es por la barbie con discapacidad geográfica ¿verdad?

(y si lo fuera, yo estoy peor, pidiendo clemencia para ella sólo porque me mueve el paleocortex :)

Como sea, veo tu diatriba, doblo con otra.

Yo no tengo respuestas para ti. El mundo está tan torcido que a veces sorprende cuánta belleza esconde en algunos recovecos.

Si acaso, tengo aspirinas. Ve, yo no creo que seas frágil... Slartibartfast diría que eso que sientes es paranoia perfectamente natural, todo pelado en el universo siente eso.

Pero si lo fueras, pues ¿y qué? No es como si pudieras cambiarte y obligarte a sentir de otra manera. Somos lo que somos, no podemos cambiar a estas alturas... o eso dice una escuela de psicólogos.

Mi punto es que el carácter que tenemos es una vicisitud como cualquier otra en la vida: una ventaja algunas veces, una discapacidad intrínseca otras. No es que no haya que remarle para vencerlo, pero me cae que no es tu culpa.

¿Cómo era ese cartón de Mafalda? El del luchador incansable... "así cualquiera, lo difícil es estar cansado y seguir luchando."

Claro, se dice fácil...

Mi otro punto es que, nomás por el hecho de estar pensando en estas cosas, yo creo que eres mejor persona que la mayoría. Lo cual no es decir mucho, quizá, pero para los simios pelones apenas inteligentes que somos, honestamente creo que eres de lo mejorcito. Y si has de mejorar el mundo, yo voto porque dejes de aprender a escribir y empieces a escribir. Esa cosa me parece importantísima, no tanto para ti sino para la especie... más que apoyar a los tree huggers y meterle al activismo.

Pero otro día hablamos de eso.

Mira, tienes una vena vegetariana muy fuerte, discriminas a la gente y usas Windows... esas cosas no ayudan para el karma. Pero eres una buena persona, eres competente, escribes bien, te ríes bonito. Una cosa por otra... güey, la suma no está mal :)

¿O qué?

Alina dijo...

Filosofía. Eso *es* una aportación a la humanidad, y lo estás haciendo.