sábado, 8 de septiembre de 2007

Caballos

Hoy fui al pueblo a sacar dinero del cajero automático. Ya casi de regreso, pasando el río y la orilla verde sembrada de felices vacas comiendo bajo los rayos del sol, pasé por donde tienen caballitos.

Había un caballo café que gritaba, así como alguien frustrado, y luego se echaba a correr a todo lo largo de su cerco. Me acerqué para ver que tenía, y el caballo repetía y repetía lo mismo. Se quedaba parado allá a lo lejos, viendo, después relinchaba fuertemente, y se echaba a correr hasta el otro extremo. Y luego de regreso. Me quedé ahí porque quería saber si estaba lastimado, o si alguien lo estaba sacando de onda, o qué. Después de un rato me pareció que buscaba algo, porque se asomaba en todos los lados de su cerca.

Pasó una viejita y me lo explicó: normalmente vive con un caballo blanco, al que quiere mucho. Y cada vez que al blanco se lo llevan a algún concurso o algo así, el café pasa todo el día protestando. "Así va a seguir, hasta que regrese el caballo blanco", me dijo.

3 comentarios:

Nittai dijo...

le llevo una manzana?

Herel dijo...

Habrá observado que las vacas de al lado, cuando se las llevan ya no vuelven.

Nittai dijo...

Qué caray, el legendario Herel comenta en mi blog?
:)
Me parece que las vacas eran felices