jueves, 13 de marzo de 2008

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Les cuento la historia a grandes razgos: Resulta que tuvimos la final de basquet hace dos semanas. El coach, para variar, casi no me dejó jugar. Yo hice un gran berrinche (léase gran frustración), porque, así, objetivamente, me parece que juego mejor que dos jugadoras que jugaron muchísimo más, e hicieron montón de errores.
Ganamos. Pero yo me sentía frustrada, así que le escribí mail al coach y le expliqué lo que siento. También le puse la comparación de las estadísticas de una jugadora y yo, para que viera por qué siento que mi postura es objetiva. Lo tomó bien, pero me contestó que bla-di-bladiblá. Que considera que juego "sólidamente", o sea que no cometo muchos errores, pero al mismo tiempo no creo muchas oportunidades. Yo creo que eso es *ejem*, rubbish. Y además es claro que eso me dice, pero que piensa que juego peor y punto. Entooonces, en las siguientes semanas pasaron dos cosas que me hicieron sentir mucho mejor.
1) Tuvimos una práctica en la que sólo estuvimos 3. Y yo me sentí muy bien con mi juego.
2) Encontré otro equipo, que practica los jueves, y hoy fui. Juegan muy bien, es hora y media de juego intenso, o sea buenísimo para la condición, y además ahí pude jugar y "crear oportunidades", que además fueron muy reconocidas.

:) el sábado regresaré al entrenamiento con mi querido coach, libre de frustración y de nudos internos.

Bueno, ya que conté esa parte de mi intensidad obsesiva, dejo la siguiente reflexión:

Todavía somos más chistosos que los robots.
Si no, pregúntenle a Optimus Prime - quien no canta mal las rancheras- y a Judson Laipply.

Ahí les va, salú con una manzana bramley. Pónganle sonido al asunto, y a ver si reconocen una canción que causó furor en otro blog el año pasado :)

A) Optimus Prime


B) Judson Laipply

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